Pasan los días y las semanas con tanta rapidez que apenas registro la fecha en que me encuentro. A mí me gustaría poder abrir paréntesis a voluntad, establecer zonas de paz donde encontrarme con ella, a la que tan poco veo. Se puede echar de menos a alguien que vive en tu misma ciudad, a alguien con quien hablas cada día, porque es siempre la prisa la que gobierna y regula los encuentros.
Somos esclavas del reloj y lo sabemos.
Quiero pensar que hay otra existencia posible en la que la encontraré sin prisa y podremos reconocernos con cuidado, sin apremios. Entonces empezaremos a hacer nuestra esta pequeña vida que habitamos.
PETICIÓN
He caminado mucho
y he ido perdiendo las alas
pero tú, que no pisas la tierra,
haz que mi mente vuele alto.
Vayamos a la luna en un globo aerostático,
la brisa será la que nos lleve:
Fuego y viento para que hagamos nuestra
esta pequeña vida que habitamos.
Mi corazón es un patio
dentro de una celda que empequeñece.
Pero tú, que tienes la llave,
ven y dame las respuestas.
En algún mar atemperado por el sol
mi sueño recobra el aliento:
Agua y sal para que hagamos nuestra
esta pequeña vida que habitamos.
Tengo un nudo en la garganta
que cada vez se aprieta más.
Ven y haz música
con la locura que me gobierna.
Y si son puras las palabras y las notas,
cántalas para tu alegría.
Hagamos nuestra, con una canción,
esta pequeña vida que habitamos.
Παράκληση, 1999
Letra y música: Alkínoos Ioannídis
Intérpretes: Alkínoos Ioannídis, Haris Alexiou, Sokratis Malamas