Los poemas de Seferis tienen una transparencia y una sonoridad suave que me gusta mucho. Son, además, bastante accesibles y de su sencillez precisamente se extrae la clave de su belleza. Si hay algo que admiro en alguien que escribe es la precisión.
Descubrí hace poco esta versión cantada de varias estrofas de su poema Razón de amor y no he dejado de escucharla desde entonces. Dakanali, a la que no había escuchado nunca, tiene una voz tan transparente como lo es el estilo poético del propio Seferis. Me recuerda un poco a Elefthería Arvanitaki pero me gusta más porque la encuentro más cálida.
La imagino sonriendo mientras canta.
Razón de amor
Rosa del
destino, buscabas el modo de herirnos
pero
claudicabas como el secreto que está a punto de desvelarse
y
fue bella la orden que accediste a darnos
y
fue tu sonrisa como una espada dispuesta.
La velocidad
apresuró la aparición de órbitas
de
tus espinas partía la introspección del camino
nuestra
desnuda exaltación se deleitaba en persuadirte
el
mundo era sencillo: una simple pulsación.
El ocaso
destrozado se redujo y se perdió
y
parecía un error que reclamaras los regalos del cielo.
Tus
ojos descendían. La espina de la luna
brotó
y las sombras de la montaña te asustaron
En el espejo
nuestro amor, cómo progresa y se suaviza
en
el acto del dormir los sueños, escuela del olvido
en
las profundidades del tiempo, cómo se contrae el corazón
y
se pierde en el temblor de un abrazo ajeno
Dos bellas
serpientes remotas, tentáculos de la separación
se
agitan y en la noche de los árboles rebuscan
un
amor secreto en tálamos inaccesibles
rebuscan
insomnes no comen ni beben nada.
A la
imaginación volverían las serpientes separadas
el
bosque brilla de pájaros, tallos y brotes
persisten
aún sus búsquedas rizadas, las mismas
búsquedas
de un círculo que atrapan a los afligidos
Sobre
la piedra de la paciencia anticipamos el milagro
que
da acceso al Paraíso y todo es quietud
anticipamos
el ángel como en un drama antiquísimo
a
esa hora en que se pierden las rosas abiertas del ocaso
rosas...
Rosa escarlata del viento y del destino
sólo
permanecías en la memoria, un ritmo grave
rosa
de la noche, has pasado, tempestad púrpura
tempestad
del mar... El mundo es sencillo.
Canción creada a partir de versos del poema Razón de amor de Giorgos Seferis, publicado en 1931.
Música: Nikos Mamagkakis. Voz: Marina Dakanali