viernes, 17 de octubre de 2014

Edificio con nube


El Paseo de la Estación de Alcalá de Henares parece, en su primer tramo, sacado de una novela de Dickens. Lo digo como lo siento. Los edificios de ladrillo que lo componen tienen un aire inglés y otro aire decimonónico, y yo siempre tengo la sensación de que hay una enorme nube gris sobre ellos, como para evitar que los rayos del sol arruinen la postal.

Desde hace años camino por el Paseo y me fijo en la nube perpetua, en el ladrillo, en el edificio paralelo y misterioso que hay detrás de las viviendas que dan a la calle. Es un ritual mirar en esa dirección y sentir un poco de desasosiego, porque no deja de ser inquietante que a una se le cuele un país dentro del suyo sin venir a cuento.

Me quedo a veces observando ese edificio posterior al principal y, si voy con tiempo a mi tren, llego a detenerme para verlo mejor. Parece abandonado. No puedo imaginar qué tipo de actividad se llevará a cabo ahí dentro. Podría ser una fábrica de tabaco vagamente colonial o una factoría de botones, cremalleras, cordones de zapatos. Podría ser un triste colegio donde nadie quiere estudiar ni dar clase.

Siempre dudo, no sé bien si me gusta la imagen o si no me gusta por deprimente pero le he cogido cariño en este tiempo; puede ser que una cosa se derive de la otra, pero no sé bien el orden de los factores.




Edificio misterioso con su nube encima. Alcalá de Henares.
  


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