viernes, 14 de noviembre de 2014

Provisionales


Lo provisional llegó para quedarse. Nos habían prometido el futuro con grandes palabras; el esfuerzo se verá recompensado, estudia para ser mañana una mujer de provecho. Y no sé si hoy soy una mujer de provecho, pero sé que hay quien se está aprovechando de mí.

Leo una noticia que asegura que un tercio de los trabajadores españoles gana menos de 1.217 euros al mes. Yo releo la cifra y me pregunto: ¿Es que dos tercios de los trabajadores españoles gana eso o más?

Avanzo en la lectura y descubro que la veteranía se paga un poco mejor (o mucho, dependiendo de los casos) que la juventud, independientemente de la formación académica de los que aún entramos en la categoría de jóvenes.

Existe una importante brecha salarial entre hombres y mujeres: ninguna sorpresa en ese sentido. 

Lo que sigue provocando mi asombro es que se puedan llegar a cobrar 1.217 euros al mes, y que eso se considere poco dinero.

Lo provisional, ese trabajo a tiempo parcial que se combina con otro trabajo a tiempo parcial, llegó para quedarse. Ni siquiera con esos dos sueldos es posible independizarse. Como se puede leer en la propia noticia, los trabajos a tiempo parcial y temporales están peor remunerados que los empleos indefinidos a tiempo completo, de manera que, sí, es muy posible tener dos trabajos (incluso tres) y no poder independizarse.

Es posible no tener ningún día libre durante la semana, trabajar de lunes a lunes, y no poder independizarse. 

Es posible tener dos y tres trabajos a la vez y no llegar a los 1.000 euros, ni siquiera a los 900. 

Lo provisional, cuando una tiene 20 años, es una cosa. Cuando se rozan los 30, es otra muy diferente. Hay toda una generación en ciernes que va a llegar a los 40 años con múltiples titulaciones académicas y un currículo laboral digno de verse, repleto de empleos a tiempo parcial, de prácticas no remuneradas, de ocupaciones que nada tienen que ver con la formación de la persona. 

¿Cómo se nos denomina a los nacidos en los años 80? ¿La generación Y? ¿La generación Milenio? ¿La generación ni-ni? En realidad somos la generación de los y las provisionales, esa bisagra entre los que consiguieron abrirse camino justo antes de la gran debacle económica y quienes están por venir, poseedores tal vez de la clave del futuro de la que en nuestro caso no pudimos o no supimos disponer.



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