martes, 15 de octubre de 2013
Los episodios decisivos
No siempre se acuerda uno de todos los episodios decisivos de su vocación.
Lo sabe Muñoz Molina y ahora lo sé yo también.
Cuando hace años me regalaron aquella cartera de piel, mi cartera intemporal de maestra de escuela, me quemaba en las manos como una maldición: No valgo para esto, qué pinto yo aquí, no sabré qué decir a mis alumnos ni cómo tratarlos.
Pero con el paso de los años se han ido produciendo los episodios decisivos a los que Antonio se refiere. Quizá la entrega de aquella cartera fue el primero de todos, un voto de confianza que yo no estaba segura de merecer. Y otros siguieron después, y el resultado es esta certidumbre interior, este disfrute exacto de lo que hago; el anticipo de todo lo que me queda por hacer.
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