domingo, 6 de octubre de 2013
Sueños
En estas últimas dos semanas me estoy dedicando a soñar con la muerte de personas que forman o han formado parte de mi vida en algún momento. Llevo contabilizados seis decesos (dos ataques al corazón, una joven aplastada por un muro al caerle encima, otra fallecida en un accidente de coche, otro muerto por causas desconocidas y por último una víctima de una inundación), es decir, seis que yo recuerde, porque ya sabemos que olvidamos gran parte de lo que soñamos: es posible que la nómina sean aún mayor.
Todas estas personas están vivitas y coleando y, hasta donde sé, no les va mal. A santo de qué se me mueren por la noche, me parece todo un misterio. Lo más curioso es que en el momento no siento dolor ante la pérdida, sino más bien una especie de resignación tranquila, como si entendiese algo muy importante que, al despertar, se me olvidara por completo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEl dolor es lucha y la resignación es aceptación. Uno no existe sin el otro, pero es dificil integrar un pensamiento dual cuando lo que buscamos son respuestas racionales a nuestros sentimientos. Aceptar la perdida es una derrota a nuestro sistema de creencias, un golpe a nuestra autoestima. La muerte es perdida, es duelo y es enfrentarse con uno mismo. Tenemos tanto miedo a sufrir que al negarlo no dejamos que se aleje...rememoramos la perdida de forma que lo hacemos vivo en nuestro imaginario. Lo rechazamos pero a la vez no lo soltamos. Tal vez la respuesta sería integrar. Aceptar la dualidad de la vida. Y sobre todo no creer que somos dioses de metro cincuenta y que no tenemos porque entender nuestros sentimientos, que nos basta con reconocerlos.
ResponderEliminarYo tambien tengo esa sensación de resignación tranquila y solo la he tenido cuando realmente he dejado de luchar. Lo que no es, no es pero sera en otra forma....jajaj y paso de leerlo que luego lo borro y pienso mierda....tal vez se salve algo:) divagar
Qué interesante lo que dices, Olga.
ResponderEliminarYo también creo que aceptar la pérdida supone enfrentarse a una misma, a lo nuevo, al cambio que necesitamos y que nos aterra. Sí que nos aferramos al dolor como si fuera una seña de identidad, y eso es lo peor que podemos hacernos a nosotras mismas, porque somos mucho más que lo que perdemos por el camino. ¡Somos las caminantes! ¡Infatigables!
Quizá es buena señal entonces que tenga estos sueños, aunque sean raros y un poco disturbing. Quizá es lo más generoso que podemos hacer: abrir y la mano y... Soltar.
Resignarse no es aceptar....cambio de idea,..resignarse es quedarse, aceptar es algo más, soltar.
ResponderEliminarLo veo, lo veo! Resignarse a las migajas no es aceptar.. Aceptar es verdaderamente abrir la mano y dejar ir :)
ResponderEliminarWoooo wooooo!!! Acabo de descubrir a un par de filósofas en toda regla!! Los discursos de Platón y Aristóteles se quedan cortos! O.o
ResponderEliminarPor cierto, qué perturbador eso de los sueños...tal vez no al soñarlo, pero sí luego al pensarlo... O.o
¡Raquelilla! Qué alegría tenerte por aquí ;)
ResponderEliminarSí, precisamente acabo de acordarme de esta entrada porque esta noche he vuelto a soñar con otra... Un atropellado por el metro :O
Muchos besines!
OMG!!!madre mía...duermes tranquila?jeje Si creyera en Freud, ya estaría psicoanalizándote, xD
EliminarBesotes para ti!! jaja ;)
Veo que tienes blog de libros, ¡qué chulo! Tengo que explorarte con tiempo :)
ResponderEliminarJajaja, síiiii, aunque es inconstante, xD, siempre me falta tiempo y leo demasiados libros como para comentar todos. Además, las entradas más antiguas son reseñas breves. Las críticas y valoraciones profundas son más recientes, pero como llevan más tiempo...van más a cuentagotas, y ahora que se me acumula estudio, trabajo, gimnasio, etc...las pospondré por un tiempo otra vez, qué remedio! ;)
Eliminar