viernes, 4 de abril de 2014

Conversaciones con el Coronel


Nos encontrábamos en el andén del metro, esperando a que llegara el tren. Se produjo uno de esos breves silencios sin destinatario ni angustia que se da a veces entre quienes se conocen desde hace muchos años. 

Señaló a mi derecha con la barbilla. Lo que vi fueron las escaleras mecánicas por las que bajaban, perezosos porque era la hora de la siesta, algunos viajeros que se iban uniendo a nosotros en la espera del siguiente tren. Esperaban pacientemente durante el descenso apoyados en la cinta negra de goma que, todo el mundo sabe, a veces mancha un poco las manos.

- Míralos cómo bajan, parece que estamos en una fábrica de personas. Éstos que bajan están recién terminados, ¿ves? Los trae la cinta transportadora.


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