martes, 21 de enero de 2014

A la vanguardia


No es todavía una explosión general de color, ni mucho menos (aunque falta poco). No es que haya saltado la alarma del reloj interno que desencadena que, uno tras otro, todos vayan uniformándose en la alegría de los pétalos. No ha llegado todavía ese momento, pero esta mañana detecté a un pionero, uno de esos almendros subversivos que deciden florecer a la vanguardia de sus compañeros. La promesa de la primavera se mantiene así intacta, un regalo sin abrir, al igual que esos minutos de luz que se van acumulando al final del día en una progresión imparable hacia el solsticio de verano.

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