Vengo de varias semanas de
Parecía primavera en las callejas con el sol resbalando, intenso, por fachadas y balcones. A ratos, el goteo de la duda en la conciencia: ¿Y si, después de todo, me quedo aquí? ¿Y si la oportunidad que busco me encuentra aquí? No es fácil abrirse camino pero no lo es en ningún lugar. No en estos tiempos. Por eso es mejor extraer la felicidad a cada paso, en cada instante en que se presenta, y atesorarla. La raíz bajo los pies y estar donde se está en cada momento, ese es mi plan por ahora.
Y aún me quedaban regalos por abrir esta mañana. He callejeado perezosamente hasta que me he dado cuenta de que estaba muy cerca de la Librería de Mujeres, ese lugar que tenía pendiente y que todavía no había visitado.
Entonces ha explotado el contador del tiempo. No me extraña que la editorial que estas estupendas mujeres hacen funcionar se llame Horas y Horas.
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